sábado, junio 08, 2019

Sobre género e identidad sexual y su vivencia desde la Mirada y Principio Biocéntric@s

Hay dos líneas o temáticas que me generan el ánimo para participar en este debate: la problematización de la culturización epistemológica desde el lenguaje y los símbolos, y el intento por pretender superar "el problema" a través del mismo lenguaje, igualmente culturizado.

Entre ellos, surge como podemos re-leer del Principio biocéntrico, que la lógica evolutiva culmina con el surgimiento de la conciencia, aun cuando no acaba con su emergencia. La conciencia a mi modo de ver es un elemento sustantivo en esta discusión, pero cómo reflexionar sobre ella si es desde ella que levantamos nuestros discursos. 

A mi hay algo que siempre me ha conmovido con mi llegada a la Biodanza, y es el poder asumir, en toda su potencia, la legitimidad de esta vida, ésta, la de mi cuerpo y mi vivencia. 

Desde ellas, desde mi conciencia y vivencia de la vida, siento que la mayor de las verdades es que esta vida tiene sentido en el hecho de vivirla rotundamente. 

Muchas veces usamos términos difusos para no tener que explicar lo que no comprendemos,... pero lo que no comparto es que pueda existir una "redacción conceptual" que explique el fenómeno de la vida en tanto género e identidad sexual, más allá de lo que pueda abarcar nuestra vivencia. 

Dicho de otro modo, las distinciones lingüísticas para mí no avalan una neutralidad "objetiva", sólo enfatizan y justifican nuestro discurso, pero lo que sí creo, es que las vivencias denotan lo que siento, pienso y creo... de ahí que para mí nuestro paradigma biocéntrico "siento y luego existo", es ya para mí, un derecho inalienable. 

Por eso que mi hipótesis al respecto es que, en la historia evolutiva de la especie, hubo algún momento en que no se distinguían entre masculino y femenino, pero sí claramente pulsaba la disposición indiferenciada a estar con unos o con unas o con vari@s,... desde el cuerpo. 

De hecho, siento que si hay algo que reflexionar desde eso, es cómo se resolvió en esa deriva, la coexistencia vivencial entre la pulsión del convivir en el placer y el instinto reproductivo,... este último quizás es el que una vez que los "machos" se enteraron que esa mujer tuvo un hijo "suyo", empezó la debacle de las guerras como muy bien lo apuntara en su momento, nuestra querida Lola Hoffmann, un evento crucial que para ella sería el origen del patriarcado en la historia de la humanidad. 

Entonces, mi impresión e hipótesis es que, una cosa es hablar de las distinciones de género y las múltiples versiones biológicas del sexo, y otra, más profunda y útil, es devolver a las personas, desde su andamiaje corporal existencial, la libertad original que tuvo la especie. 

Dentro de esa hipótesis libertaria, tiendo a pensar que fuimos y surgimos como una especie bisexual, sin tabúes de género. Desde el lenguaje sólo podríamos generar las distinciones para no excluir. 

Mi propuesta es de qué manera nos integramos nuevamente como especie para dejar de fragmentarnos desde el lenguaje.

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